jueves, 29 de enero de 2015

Cultmoviez, una ventana de mil colores

     Esto es fortuito. Ando viendo ahora mismo Vicky Cristina Barcelona (2008) y ¡pum! De la nada, una frase que evoca el personaje de Juan Antonio (Javier Bardem) referida a su exesposa, me impulsa a escribir esto. Tal es: 
«Maria Elena used to say that only unfulfilled love can be romantic (María Elena solía decir que sólo el amor insatisfecho puede ser romántico)».
     Y de repente recordé mi interior, tan desgranado por las desilusiones y puesto a secar al sol durante meses, tanto que ahora se hallaba duro, áspero y casi marchito. En algo me he identificado con el personaje que el español encarna. Pero el punto de esta entrada es, como ven en el título, la página web que se encarga de compartir gratuitamente filmes de todo tipo, excepto, quizás, los más comerciales y hollywodescos (no van a ver The Avengers [2012] ahí; incluso en Cuevana subían estas cosas, pero no acá). Les conté lo de la peli de arriba porque fue el motor inesperado para estas líneas. Por cierto, gran verdad la que esconden esas palabras... gran verdad. Doy fe absoluta.

     Abordaré dos cosas: mi inicio en el «cinefilismo» y los medios que he conseguido para satisfacer sus demandas. 

...y rescatando del olvido aquellas obras de arte apartadas de la colectividad.

Por calles que no van a ningún lado
     La cosa va así: Cuevana, a finales de 2011, fue mi punto inicial en este viaje consciente por las películas. Antes de este año, obviamente había visto mil y un títulos, y también había ido al cine. Creo que una gran mayoría lo ha hecho, ¿no? Pero ese cine era un entretenimiento y una experiencia trivial, de ver algo y luego imitarlo (pelis de superhéroes: yo fingiendo que tenía una varita o una espada láser con papelotes) o escudriñarlo con obsesión puberta (pelis con desnudos: yo fingiendo que dormía y que era un ninja sobre la sala a mitad de la noche). No era un motivo artístico o algo parecido lo que me hacía verlas. Así pasé mis primeros 14 o 15 años. Con la llegada del cable a mi casa pude acceder a canales como HBO o Cinecanal. Pero los que sí me gustaron sin darme cuenta fueron Cinemax y Eurochannel. Algo muy diferente había en sus propuestas. Lo sentía, lo percibía. Por esas épocas, vi en el último canal (si no estoy mal) el filme Crazy (2000). Me fasciné. Y luego vi Innocence (2004), en la señal anterior al canal ya aludido. Me preguntaba, ¿qué cosas son estas? Eso, y lo descubrí años y años después, era cine puro, el cine que volcaba la cabeza de una persona sin impermeables ni coladeras... caía todo tal cual. Era el cine de autor. Supe que existía algo distinto a Spider-Man (2002). Pero justo con este viaje incipiente por el cine de este tipo, y el independiente también, empecé otro: el viaje por las regiones turgentes, sangrientas, pateaculos y tejefantasías de la animación japonesa. El anime, tal es su nombre, me absorbió (sobre todo esta serie, una obra magistral del género, Shin Seiki Evangerion). Y así fue hasta 2011. Obviamente en este lapso intercalaba visionados de cintas, una que otra profunda así como sus infaltables toques mainstream. Admito que fue por la universidad que viré mi elección de contenidos. Tenía compañeros, y tenía un ambiente (por los cursos de taller de sonido e imagen en mi facultad) que respiraba ese cine que parecía coger por segundos pero resbalárseme la mayor parte del tiempo. Cuevana era un descubrimiento medianamente reciente. Un amigo me habia mostrado en su casa lo fácil que se podía ver Scream (1996) con buena calidad y buenos subtítulos, y me animé a navegar solo en el mar de títulos que la página argentina ofrecía.

Una interfaz clásica que solía visitar no menos de cinco veces al día.

     Vi a finales del año de su estreno, Melancholia (2011) y de nuevo se excitó mi ejército de expectativas, dormidas algunas, atontadas otras, por lo monótono de la vida. La vida se mostró ante mí no como un afán historicista, sino como un afán falso; esto es, se sustenta en el devenir de sus ficciones, de las creaciones y ofrendas al arte como tal, sólo que llevadas en el campo de la cinematografía. Quería ver más. Así, uno de los primeros filmes que bajé (sino el primero) que vi fue Taxi Driver (1976). De paso descubrí a Bernard Herrmann y aprendí lo jodidamente bueno que puede llegar a quedar una buena música con una buena historia. Ni qué decir de las actuaciones. Apareció ante mí, Scorsese. Decía: si tengo a los dos delante, les pido un hijo. Cosas así, ¿captan? Bueno, en realidad a los tres: el realizador y  el compositor y el actor, un trío de neoyorkinos que se las traían. En ese momento estaba a... a ver... a algo de un año y medio de ver por primera vez la trilogía de The Godfather (1972-1990). El hecho es que me enamoré mucho de lo que el cine transmitía, con su mezcla profana que exaltaba tus instintos y los placeres intelectuales o mentales más abirragados y, por imposible que pareciera, los dotaba de más matices y tonalidades. Al hundirme más y más en la escalada sin fin de títulos que Cuevana ofrecía, me «volé» los sesos: flipaba. ¿Tanta, pero TANTA producción fílmica genial ha dado el cine en poco más de cien años de vida? Ni qué decir de la música o la literatura, en eso sí estaba súper endeudado. Debería, pero no soy ni un asiduo lector ni un melómano ordenado. El cine tenía que ser mi fuerte. Y puteé los años anteriores, mis inicios en la carrera universitaria que elegí, pues no había visto nada de nada. Cuevana fue mi orden, mi sistematización, separé décadas, me enteré de los ismos, supe de directores y actores, guionistas y directores de fotografía, de que EE.UU. no era sólo basura comercial, sino también poesía. Al elegir un título, con solo hacer clic en un nombre cualesquiera (del director o alguien del elenco), tenía una lista de otras películas en que los elegidos habían participado. Era sencillo, todo un alarde de la simpleza y la eficacia. Claro, faltaban varios (muchísimos) títulos indispensables, pero con lo que tenía pendiente por ver ahí en el momento, podía tardarme varios meses o años incluso para poder quejarme de por qué no hay esto  o lo otro. Lo mejor era que cuando yo veía una, Cuevana subía otra y otra peli. Su página se actualizaba a diario y eso me fascinaba aún más. Por fin me sentía encaminado en algo que tenía que ver con lo artístico, con el sétimo arte a fin de cuentas. Bajé películas a raudales, y la vi, las veía. Los subtítulos que usaban en su mayoría pertenecían al colectivo «aRGENTeaM», y si algo he aprendido estos años (incluyo al primerizo 2015), es que ellos hacen subtitulado del bueno, aunque a veces omiten frases vitales, lo cierto es que en ortografía uno puede sentirse sumamente complacido. A pesar de todas estas prerrogativas en mi pasatiempo, luego de un año, a finales de 2012, me di cuenta que, en suma, esos doce meses había visto algo de 80 filmes. Nada más. Joder. Pocos eh, realmente pocos, déjenme decirles. Pero no me retiré y seguí bajando filmes, subtítulos, todos de Cuevana y viéndolos con calma y parsimonia contemplativa. Hasta el trágico desenlace, claro está.

Un velero llamado libertad
     Era noche. El viento resoplaba como un sibilante suspiro que movía vasos, papeles y botellas tiradas. Las cunetas rebalsaban de la lluvia recién cesada, y un cielo aún sin escamparse amenazaba con volver a concentrar sus enjundias en otra acometida acuosa contra la pálida ciudad. Crujidos lejanos sugerían la presencia de gente. Débiles al nacer, como llevados por un vendaval cómplice, se volvían estentóreos al pasar donde yo estaba parado, en la única estación miserable de la avenida principal. A lo lejos, el oscuro velo del horizonte seguía sin mostrar signos de vida. Entonces, surgido de esa misma penumbra, un trozo de ella se acercó, cobraba forma, y su negruzca composición iba recordándome a uno de esos carromatos de los western, donde ingleses y americanos (los auténticos) se daban mil tiros por segundo y hasta agotar sus balas y su sangre. No tenía corceles ni bestias que lo movieran, sólo sus ruedas parecían contener la magia y giraban hacia mí lentas y con un sonido quebradizo. No conocía sus motivos ni sus intenciones, pero sentí confianza, y seguridad. Con un tino inclasificable, monté en él. Entonces empezaron a moverse los nubarrones y un sol timorato asomaba sus ojos. Podía verlo desde donde estaba, casi sesteando, y no me sorprendía; lo que era mejor: ya no me cegaba, me hastiaba. Así que, a gusto como estaba, ya no me quise volver a bajar.

Una leyenda todavía viva (online), y tal como la puedo ver hoy (29/01/2015)

     Carromato o velero, el hecho es que montado en este transporte, emprendí la travesía insondable en la que me hallo ahora. Es verdad que sigo a bordo pero a la vez no. Por una cuestión de calidad. Y en esto sí hallo una mínima discordancia con esta página: sus filmes subidos (y esto que afirmaré lo he comprobado al menos sólo en las opciones que dejan ellos para la descarga; no sé si el streaming o cómo sea que ellos lo manejen coja la misma fuente, lo ignoro) están parcheados visualmente. En efecto, sigo entrando a Cultmoviez, sigo con ellos, pero ya no los uso para bajar películas. El ojo no engaña eh... Paso a explicarme.
     Tenemos a The Life Aquatic with Steve Zissou (2004) que en calidad 720p pesa 752mb y dura una 1 hora y 58 minutos. Existe algo que son los torrents, y estos archivitos permiten descargas de variado contenido, y en ese ámbito, existe un subidor conocido llamado YIFY. Este usuario comparte a diario varias pelis. Yo al menos, lo sigo a través de la web «Kickass.so». Como decía, este filme de Wes Anderson, como era de esperar, YIFY lo puso a disposición de sus seguidores: era un MP4 con el nombre «The.Life.Aquatic.With.Steve.Zissou.2004.720p.BrRip.x264.YIFY.mp4». Ahora, si van a la página de Cultmoviez, hallarán el mismo título para ver en línea o descargarlo. Y sí, para descargarse pesa y dura exactamente lo mismo que en el torrent. Claro, tiene otro nombre, por lo general algo como «cultm-0744»... vamos, así se llama el archivo, lo acabo de corroborar. No quiero entrar en polémica legal, así que concluiré con que Cultmoviez le da otra plataforma para darse a conocer al producto facilitado por YIFY; excepto que le bajan la calidad. Ya lo dije: parche visual. Se ve como si cogieran el archivo MP4 y le pusieran, qué se yo, con Adobe Premiere o algo así, un filtro que allana, alisa, hace menos rugosos a los píxeles que conforman la imagen y los fotogramas. El resultado: un filme limpio, que «parece» súper súper HD al ojo, pero que en el fondo... olvídense pues, mata detalles. Mata arrugas, mata granitos, mata texturas, mata tensión... mata esos pequeños elementos que vienen incluidos en la historia, que seguro son puestos ahí por juegos de luces, maquillaje o demás quehaceres de producción. Al menos para mí, ese es el punto débil de Cultmoviez. Las últimas pelis en manada que bajé, fueron en octubre o agosto del pasado 2014 y seguía así (esto lo pongo para hacer notar que tal vez ahora han cambiado esa peculiaridad). Tal vez sigan usando como fuente más pelis de YIFY, a las que sometían a esta cirugía estética que básicamente deja los filmes como el rostro de Mickey Rourke. Pensándolo bien, tal vez sea el caso que este filtro de parcheado sirva para evitarse reclamos y líos por autoría (claro está, en un terreno personal, sólo entre ambos, ya que tanto Cultmoviez como YIFY, mmm no son precisamente autores o coautores de aquello que publican o comparten). Fuera cual fuera el motivo de esta página que hace apología a Roger Waters (del cual no he visto ni un solo filme), no le quita su encanto. Si bien hay pelis que en «Kickass.so» he podido hallar en 720p y en buenas copias (como los del usuario Megaradon o anoXmous, que suben rips de bluray muy buenos y de peso razonable), no existe mejor catálogo de contenido audiovisual mundial que esta encantadora página (es mi humilde visión). Al inicio no lo sabía por despistado, pero la facilidad de llegar al resto de obras de una persona determinada con solo hacer clic en su nombre es una práctica que sigue vigente. 
     Es cierto, la tragedia, la tragedia. Pues Cuevana cambió su interfaz y un requerimiento sine qua non para volver a navegar entre sus títulos era instalarse una aplicación llamada «Cuevana Storm». Mandé a la mierda la aplicación. Entonces, y justo entonces, esta página que había visto de soslayo, levemente, cobró vitalidad para mí. Desde finales de 2013, o tal vez inicios de 2014 (ojo que no es lo mismo) me bajé del carro de la página argentina y me subí feliz al vehículo de la web... según Wikipedia, colombiana (a mi me parecían argentinos...). Fueron unos seis meses en los que creí tocar el paraíso, pero luego me di cuenta que era uno con parches en ciertos lados. No por eso se volvía algo desechable. Pero ya me baje más cosas. Excepto tal vez, lo indispensable. Resumiendo: las pelis que no hallo en «Kickass.so». Un ejemplo de esto último es Love and Death (1975). Hay una versión de televisión (con el logo de la MGM en una esquina) en 720p que subieron en Cultmoviez hace poco (antes había una versión pero en menor resolución) y que en la web de torrents sólo hallo en esa mala resolución (me refiero a las copias que usan como fuente un DVD). En sentido estricto, hay versiones en alta definición, pero pesan mucho. Mi política es bajar pelis considerando su tamaño; porque si no fuera ese un factor crucial, prácticamente hallaría de todo, claro, siempre con excepciones (si supieran... la del filmes recónditos, escondidos, duros y complicados de hallar que hay...). Sobre esto, agradezco a Cultmoviez. En Cuevana las pelis que me bajaba pesaban más. Ahora no, y en los torrents ni qué decir. Me hallo como pez en el agua: poco peso y buena calidad.
     Este es mi cuadro personal (mis requisitos, minutos más, minutos menos) respecto a los filmes que descargo en 720p:
                                        DURACIÓN                                              TAMAÑO
1:00....................................... 500mb-650mb
1:30 ...................................... 700mb-850mb
2:00 ...................................... 900mb-950mb
2:30 ...................................... 1.10gb-1.30gb
3:00 ...................................... 1.35gb-1.45gb
3:30- ........................................ 1.50gb-

     ¿Qué tal? Hoy, enero de 2015, me manejo así. Básicamente, Cuevana me ofrecía lo mismo, pero a cada nivel de tamaño, agréguenle unos 300mb más... ¿ven? Imagino que Cuevana realizaba o no sé cómo carajo hacía pero sus copias eran un pelín más pesadas, pero justamente por eso con un pelín más de calidad. El inicio de mi mudanza de una página a otra, lo marcó en parte Blue Jasmine (2013), la cual descargué de Cuevana con un peso de poco más de 1gb. Luego vi que había otras publicaciones en «Kickass.so» que le ponían 700mb. Las películas promedio de Woody Allen bordan la hora y media. Su último filme, Magic in the Moonlight (2014), ocupó 750mb aproximadamente. Viendo aquí, cotejando allá, sumando y restando, me hallo en mi situación actual. Tengo uploaders favoritos, «aRGENTeaM» es mi equipo por excelencia para los subtítulos, y de hecho he convertido unas pequeñas correciones que hacía a los archivos SRT en su ortografía, en una práctica entregada y total ya que he llegado, mientras veía tal o cual filme, a corregir por completo todo el subtitulado. Esto me ocurre ahorita con A Few Good Men (1992). Llevo cinco días viendo la peli porque cada frase, la corrijo, a causa de que el único subtitulado decente que hallé para esta cinta de toque bélico, omite y omite varias frases y vocativos y términos que me parece deben ir. Hace poco tiempo, creo que en octubre pasado, me creé una cuenta en «Subdivx». Los subtitulados que más trabajo me ha costado corregir y en los que noto que mi participación no es sólo de retoques sino de algo más profundo, las subo con las aclaraciones del caso, de que yo no hice el subtítulos, únicamente cogí el esqueleto y le agregué músculos y carne. Me falta 40 minutos para terminar la peli de Rob Reiner, espero hacerlo mañana u hoy más rato. Como muestra, cuando termine esa edición, la subiré a la página de subtítulos sin más, sólo con el afán de compartirla entre la comunidad de amantes del buen subtitulado en las películas o series (más lo primero en mi caso). De esto me valgo para ver cine: del compartir.
     Ahora mismo, mientras redacto esto (son las 5pm), se terminó de bajar Deux jours, une nuit (2014) de los Dardenne. De ellos vi una primera peli gracias a Cuevana, Le gamin au vélo (2011). Me pregunto si debo terminar la peli de Allen o abocarme la recién llegada. Ya veré, cosa aparte, he buscado, y al parecer, «aRGENTeaM» todavía no ha hecho subtítulos para este filme. Por otro lado, busqué en «Subdivx» y ¡voilà! Ahí sí había. Es de un usuario de esa web, quien afirma haberlos creado a puro oído. Acabo de probarlos ahorita viendo unos minutos salteados, y sí, algunas palabrejas en francés me manejo, por lo que, en efecto, constato que el tipo ha hecho un buen subtitulado, sobre todo fiel, algo que a veces le falla al conjunto argentino.

¿Fin del viaje?
     El cine me acompañará toda mi vida, lo sé. Me emociono cuando veo una película X publicada y veo que es una especial o del grado de leyenda, etc. Conozco realidades, conflictos, relaciones humanas gracias a estas historias. Al final, casi todos los filmes son relaciones humanas, ¿no? Los hay los experimentales o surrealistas totales, que exploran otras dimensiones, pero por lo demás, tanto en acción como comedia o drama o incluso ciencia ficción, se explota el contacto de gente que va y viene, y chocan, y generan simpatías o rencillas, tras lo cual arranca el hilo argumental. Otro género que bien puede salirse de esta hipótesis son los documentales, los cuales no tienen bandera ni color fijo (sólo vean la majestuosa trilogía Qatsi [1983-2002]). Apenas estoy arañando las capas superficiales del cine. Esta es la prueba:

  • He visto todo lo que hicieron Bielinsky (sí, lo sé...), Shinkai, Miyazaki,  Kon, Kubrick y Tarantino.
  • He visto casi todo de los dos Anderson (Wes y P.T.), Chaplin, Arronosfky, Allen, Malick, Nolan, Jonze, y Lynch, . 
  • Pero, ¿he visto a Goddard, Bergman, Welles, Keaton, Herzog, Ozu, Resnais, Bresson, Kaurismäki, Haneke, Polanski, Kar-wai, Ford, Leone, Antonioni, Fellini, Miike, Renoir, Truffaut, Lumet, Tarkovski, Eisenstein, Yimou, Mizoguchi, Kitano, Jodorowsky, Dreyer, Lean, Hitchcock, Jarmusch, Joon-ho, Ki-duk, Vinterberg, Jeunet, Verhoeven, Cocteau, Panahi, Sokurov, Sang-soo, Kiarostami, Murnau, Buñuel, los Coenn, Peckinpah, Coppola, Eastwood, Almodóvar, Passolini, Saura, Coixet, Cassavetes, Argento, De Palma, Huston, Fleming, Jeunet, Kieślowski, Von Trier, Van Sant, Lang, Visconti, Lubistch, Ophüls, Kazan, Tarr, Capra, Reggio, Attenborough, Takahata, De Sica, Gilliam, Érice, Griffith, Berlanga, Vigo, los Marx, Linder, DeMille, Angelopoulos, Mann, Reygadas, Cuarón, Scorsese, Shindo, Winding Refn, Ray (Satyajit, es decir), Otomo, Kobayashi, Sono, Ichikawa, Nichols (o, su apellido original, Peschkowsky), Wilder, Sjöström, De Oliveira (y que siga muchos años más con nosotros), Kawase (Naomi), Spielberg, Fincher, Carpenter, Craven, Cronemberg, Gondry, Stone, Boyle, Iñárritu, Burton, los Dardenne, Payne, Chang-dong, Oshii, Escalante... o a mí? La respuesta es no (en realidad, de uno que otro ahí arriba, he visto una que otra igualmente... pero no de manera sustancial [más del 50% de su filmografía], a eso voy). ¿Por qué me pongo a mí? Bueno, espero dirigir algo algún día.

Esto veo (y terminaré de ver): el faro en Avilés con ese tono amarillo típico de las últimas películas de Königsberg.

¿Basta con ver?
      Verdades fuera, lo que menos quiero es verme como un snob o un puto hipster. Ocurre lo mismo que con los libros. Si uno termina de leer L'Étranger (1942) de Camus, no es que ya tengas la obra interiorizada en ti. Yo me he leído la saga completa de Harry Potter (1997-2007) y... ¿gano algo con eso? Sí y no (aunque sé que suena contradictorio decir esto; uno niega al otro). No gano lo que busco (al menos yo) es decir, experimentación o recursos literarios novedosos y pulidos. El libro está muy muy bien descrito, es sumamente entendible y de una prosa agradabilísima. Pero otra cosa sería leer a Waulkner o a Goethe. A eso voy. Lo que se gana es entretenimiento, y quizá una que otra palabra nuevo así como un estilo para hacer descripciones. Lo leo. Porque me gusta. Pero sé, en sentido estricto, que no gano. Pero claro, gano a la vez. Lo mismo pasa con los filmes. No discrimino cintas por si son comerciales o si consisten en solamente un punto dando vueltas y arrojando chorros de colores de indistinto brillo durante 150 minutos. Algo se aprende siempre. Menor o mayor, es lo de menos.
     Hace poco, un amigo, en su perfil de Facebook, compartió un archivo PDF que resultó ser una tesis sobre las dimensiones o líneas de realidad representadas en Lost Highway (1997). Esta película la catalogo como «suprema»; similar etiqueta le otorgué la obra maestra de Kubrick (se sabe cuál es), aunque en menor rango (por poco). ¿Es complicada de entender? Sí, lo es. Un auteur surrealista, imagínense... hasta su ópera prima era más digerible argumentalmente. ¿El no entenderla la hace mala? No, al menos para mí... es como dije en lo de los libros, es un código nuevo, presente propuestas frescas y que refrendan nuestra percepción. Eso es lo que hace falta, y ese es cine del bueno. Consejos para ver bien un filme desde tu casa:

  1. De preferencia, de noche, en silencio.
  2. Volumen e imagen aceptables, con la menor distorsión posible.
  3. Tiempo disponible y pocas preocupaciones que puedan distraer.
  4. Cero tabúes, cero autocensuras y cero dogmas.
  5. Asumo que no todos son políglotas, así busca buenos subtítulos. Ya di unas pistas de ello.
  6. No tengas recelos sobre ti al emocionarte o indignarte: es FICCIÓN lo que ves.
  7. A la vez, déjate llevar por la historia y así, cosa curiosa, olvidar que ves algo actuado.
  8. Pausa la menor cantidad de veces que puedas. Un filme es una experiencia absoluta.
  9. NUNCA te saltees escenas porque te aburran o algo así. Rompes el ritmo o el clima.
  10. Busca ver siempre estos contenidos en su idioma original. Si es inevitable que tengas que ver doblado algo... lo siento, hijo, pero ves una película mutilada y deforme. Es mi opinión.
Nota: respecto al punto 10 me he visto incordiado en dos ocasiones: al bajarme pelis de Stephen Chow en Cultmoviez o YouTube y que hay una diferencia brutal entre el mandarín y otro dialecto de chino. Y lo que más abunda son versiones que no son para nada esa vocecita particular que tiene este genio asiático de la comicidad. Lo otro es la trilogía del dólar, del señor Sergio Leone. Busco y busco y no halo si fue grabado en itaiano o en ingles, porque hay partes en que no cuadran voz y gestos. ¿Ven? Por eso, prefieran siempre el audio original.  

    Y sí, no sé si seas novato en esto o no, pero cuando lleves un leve tiempo viendo pelis o averiguando de ellas, estos nombres se que graban; unos más que otros, eso está CLARO. No es un escalafón, sólo una lista aleatoria, en la que he puesto todo lo que recordaba. Bueno, terminaré la peli de Allen que estaba viendo. Nos vemos y pues.. entren a Cultmoviez; si no eres purista con la imagen, mira los filmes numerosísimos que ahí esperan por ti. Si lo eres, pues búscate torrents o algo así para poder ver lo tuyo. Cada quién se las ingenia como puede, ¿no? Ya les he repartido algo de mi tajada (mi modo). Cultmoviez es mi guía, mi manual y mi biblia, si bien ya no tanto mi proveedor (a veces lo es, ya sea en video o para subtítulos... por ejemplo, no hallo en ningún rincón de «Kickass.so» un publicación 720p decente de To the Wonder [2012]; en cambio, el bienhechor sitio de Cultmoviez la tiene hace mucho en un 720p regular e, imagino, aceptable).

     Si quieren cine, muchachos y muchachas, búsquenlo por ahí... sé que lo hallarán. Suerte en su búsqueda.


1 comentario:

  1. Gracias por compartir tu experiencia mil años para el cine y que lo veamos.

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